Los 5 días de Ana en autocaravana
Volvemos a nuestro punto de partida: Andoain. Salimos un viernes por la tarde y nos dirigimos por la AP-8 en dirección Deba. Como se hacía tarde queríamos llegar a un sitio cercano en dirección a nuestro destino. Al ser temporada baja, no tuvimos problema en aparcar en el parking de autocaravanas que está a los pies del mirador Mendatagaina, muy cerca de Itxaspe. Tardamos uno 40-45 minutos en llegar.
Pernoctamos sin problema, es un parking de 6 plazas que están en desnivel por lo que es interesante llevar unos calces para poder dormir mejor. Al estar totalmente oscuro no vimos bien lo que había alrededor, pero por la mañana… ¡habíamos amanecido frente al mar! El mirador mencionado está a 300 metros, por lo que no cuesta nada llegar y desde ahí puedes contemplar el maravilloso Flysch. Si se quiere aprovechar la mañana y realizar una ruta de senderismo, hay que coger la GR121 Zumaia-Deba, que es la ruta del Flysh.
Viaje en autocaravana hacia Cantabria
Antes de comer, nos pusimos en marcha de nuevo en este viaje en autocaravana por la AP-8 dirección Bilbao, y desde aquí dejando en el lado este la ría de Bilbao, nos dirigimos hacia la comunidad de Cantabria hasta llegar a Castro Urdiales. Este pueblecito pesquero conserva un bonito casco antiguo e invita a conocer su gastronomía: pescados y mariscos. Al atardecer nos dejamos caer en Oriñón y dormimos en el parking que hay tras la playa, al lado del camping.
Una aplicación llamada Park4night os marcará en el mapa los posibles parkings, áreas de autocaravana y campings para poder dormir y sus recomendaciones y servicios. Sin duda muy recomendable tenerla en el móvil para consultarla. Por la mañana paseamos por la playa con nuestra perrita y luego condujimos hasta Laredo.
Queríamos dar un paseo a caballo por la playa del Regatón y fuimos al centro hípico ”El regatón”. También está el centro hípico El Sable en la misma calle (c/ el regatón). Ambos organizan paseos por la playa. La experiencia fue muy buena, los caballos son muy tranquilos y aunque no estés metido en el mundillo de la equitación y no hayas montado nunca, es la oportunidad perfecta para conocerlo.
Tras bajarnos de los caballos comimos en la autocaravana y por la tarde aterrizamos en Santoña en apenas media hora. Visitamos el pueblo y acabamos dando una pequeña caminata hasta el faro del caballo para contemplar la costa cántabra.
Disfrutando de Cantabria en autocaravana
Pernoctamos en el área de autocaravanas de pago de Suesa – Somo, que también tardamos media hora desde Santoña por la carretera Ca-141. El área está fenomenal; cuidada, limpia y con servicio de carga y descarga de agua. Tiene aseos.
Al estar a un par de kilómetros del centro de Somo, por la mañana del lunes cogimos las bicicletas y nos dirigimos al pueblo. Visitamos Loredo y Somo, que están pegados uno del otro. Si lo tuyo es el surf, Somo es tu playa. Hay muchos locales en los cuales puedes alquilar una tabla o coger alguna clase suelta para el día.
Como nos gusta mucho el mar, por la tarde fuimos a contemplar la playa del Langre. Se puede aparcar durante el día, pero no se puede pernoctar. Desde aquí hay una ruta de senderismo preciosa por la costa hasta llegar a Loredo.
Para la hora de la cena reservamos en el famoso restaurante asador “El Tronky” en Pedreña, tardamos 15 minutos en llegar con la autocaravana. Muy recomendable para degustar sus pescados a la brasa. Y al ser una época con poco ajetreo fuimos a dormir a la explanada que hay en el embarcadero del pueblo.
El martes por la mañana cogimos un barquito que te lleva a Santander, ya que, por si no lo sabíais, está prohibido aparcar autocaravanas en prácticamente toda la ciudad y multan por ello; hay que irse a las áreas. Por lo tanto, la opción de trasladarnos en barco nos pareció muy buena idea.
Tras pasar el día en la ciudad volvimos a Pedreña a por la autocaravana y por la A8 nos dirigimos hacia San Vicente de la Barquera. Cerca de este pueblo están las playas que se llaman Nerón, Gerra y Oyambre. Entre las dos primeras y alejándonos un poco de la costa, por la carretera al lado de la casa rural los Llaos encontramos un parking-área privada fabulosa con duchas y servicios para pernoctar.
A la mañana del día siguiente, visitamos San Vicente de la Barquera. La comida la hicimos en el bar- restaurante La Folía. Nos sirvieron muy bien y seguro que repetiremos la próxima vez que vayamos de viaje a Cantabria en autocaravana. Después de comer, antes de que nos entrara la pereza, emprendimos la vuelta a Andoáin.
Fue un viaje bastante completo, pero nos quedaron muchos lugares a los nos hubiera gustado ir como es: Noja, Santillana del Mar y el parque natural de Cabárceno.
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